Seguramente muchxs de ustedes han sentido que el Hipo, ese conjunto de síntomas y malestares, esa bestia peluda y gruñona, toma control, los deja con la sensación de que hay mucho qué hacer y que el asunto no tiene pies ni cabeza. Pero ¿saben qué?  ¡Hora del ultimatum!

Como dicen en mi tierra: ¡Ya estuvo!

En serio, ustedes elijan el día, la hora y la fecha del duelo.

Vamos a domar a la bestia.

Imagen tomada de Starlock

Consigan una libretita. No cualquier libreta, una muy bonita, pequeña, para llevarla a todas partes, y que les provoque ganas de escribir en ella.

Elijan una pluma de su color favorito y anoten:

– Fecha.

– Cuántas horas dormimos y si dormimos bien o mal.

– Dosis y hora de la dosis.

– Todo lo que comemos en el día (especificando la hora de cada comida, las porciones, los pequeños pecaditos, los lujitos, si tomamos agua, cuánta agua tomamos, etcétera).

Vamos a ser MUY honestxs.

– Si toman alguna otra medicina, también anótenla, con la hora.

Ahora, con un colorito diferente anoten cómo se sienten: si les dolió la cabeza, si tuvieron neblina mental, ansiedad, insomnio, si les dolió el estómago, en fin, cada detalle)

Si hicieron algo diferente ese día (ejercicio, si estuvieron activxs o inactivxs) también anótenlo.

Este es su diario domador de bestias indeseables.

Este es mi diario doma-bestias
Les presento mi diario doma-bestias

¿Para qué sirve?

Primero, para conocerse. A lo largo de unas cuantas semanas, van a empezar a notar qué comen, en qué cantidad, qué cosas les hacen sentir bien o mal, y a qué hora se sienten mejor.

En segundo lugar, van a darse cuenta de ciertos patrones. Por ejemplo, tal vez descubran que los días que duermen 8 horas, en lugar de 6 o 7, se sienten mejor.

En tercer lugar, esto será muy útil cuando consulten a su médico, pues tendrán información precisa y fundamentada.

  • Sean honestos. No dejen fuera los bocadillos o aquellas cosas de las que no se sientan orgullosos. Es su diario, nadie los va a juzgar. Además somos humanos, es lógico que nos demos algunos gustos de vez en cuando.
  • Sean constantes. Esto no quiere decir que se obsesionen anotando durante meses y meses. Unas semanas son suficientes. Si olvidaron anotar un día, no se angustien, no van a obtener una mala nota y yo no le diré a nadie.
  • Mientras más información tengan, es más probable que identifiquen cosas valiosas que tal vez han pasado por alto.

Las recompensas

La recompensa más valiosa es que van a recuperar el control.

Recuperar el control les ayudará a tomar mejores decisiones.

¡La información que obtengan es oro!

Un par de ejemplos:

A las 5 de la tarde era La Hora Feliz, pues me atacaba la neblina mental y, cual salida de un bar 2X1, era incapaz de leer, concentrarme, o realizar cualquier actividad mental.

Así que la convertí en La Hora del Disfrute, y en lugar de frustrarme, decidí no malgastar mi tiempo sufriendo, es mejor gozar.

Entonces, es la hora en la que me tomo un té, me estiro, respiro, me relajo, aprieto una pelotita antiestrés, remojo mis piecitos, le llamo a alguien con quien quiero charlar, escucho música, me doy un masajito… en fin, ¡a pasarla rico!

Les comparto una imagen de mi diario, por si quieren darse una idea de cómo llevarlo:

Las gotitas representan cada vaso de agua que tomé ese día.
Las gotitas representan cada vaso de agua que tomé ese día. (Hagan de cuenta que tengo letra bonita)

Descubrí también, que cuando comía una golosina antes de la comida, me dolía la cabeza.

La verdad, extraño mucho mis golosinas (¡sniff!), pero sé que ahora puedo elegir, conociendo exactamente la consecuencia: me como un dulcecito, me duele la cabeza y si lo hago, es porque estoy dispuesta a pagar ese precio.

Aunque me cueste trabajo, si me dan a elegir entre la golosina y sentirme bien, el 99% de las veces (les recuerdo que somos humanos) elegiré sentirme bien.

La diferencia es que se ha convertido en una decisión.

¿Están listos para domar a la bestia?